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Ciencia y revelación (2)
Todo lo que vemos constituye un campo inagotable de búsqueda y conocimiento para la mente limitada del hombre. Pero, ¿quién podría pretender legítimamente que no existe nada fuera de lo que es perceptible? Dios no encerró todo en la naturaleza. Él mismo “habita en luz inaccesible”. Si las cosas que pueden ser estudiadas por los hombres son numerosas y profundas, las que no forman parte de ellas son mayores todavía. Y hubiesen permanecido fuera de nuestro alcance si Dios no hubiese querido dárnoslas a conocer: lo hizo por revelación, en la Biblia, pues no todo es accesible por la razón humana. ¿Cómo, por ejemplo, lo que se ve fue creado por su Palabra a partir de lo que no se ve? ¿Cómo podemos conciliar la soberanía de Dios y la responsabilidad del hombre? ¿Cuál es el origen del mal, y por qué Dios permitió que entrase en el mundo, causando el sufrimiento y la muerte?… A todas estas preguntas Dios da respuesta en la Biblia, aunque nuestro conocimiento actual es limitado: “Tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después” (Juan 13:7).
Esto debe mantenernos en humildad, con el sentimiento profundo de que somos tan pequeños en presencia de la infinidad de los pensamientos de Dios. “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:9).
“Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido” (1 Corintios 13:12).
(Mañana continuará).
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