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Vivir por fe
«La vida es dura, agotadora y a veces incluso insoportable. ¡La prueba de ello es que todo el mundo se queja! ¿Durante cuánto tiempo más la vida será posible en nuestro planeta? Nadie lo sabe... Entonces de qué sirve luchar, tener esperanza, amar, si pronto lo único que quedará es un largo túnel sin fin, a donde la muerte, inexplicable y misteriosa, nos conducirá inexorablemente...».
¡Sin embargo hay una razón para tener esperanza! La fe en un Dios grande, poderoso y amante es la única salida a los impases de la vida. La fe es como una luz suave, como un brote de la vida, como una fuerza constante... Sin ella nada tiene valor, nada puede estar en pie, nada subsiste.
La fe aporta a cada hombre la solución a todos sus problemas vitales y espirituales: la vida eterna en la presencia de Dios. La Biblia lo dice, y el cristiano lo cree. ¿Por qué? Porque Jesús vino del mismo seno de Dios el Padre al encuentro de cada ser humano y anunció esta noticia sorprendente: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Sí, pensemos lo que pensemos, Dios nos ama y sobre este hecho se apoya la fe cristiana.
¿La vida le parece demasiado dura? ¿Ya no aguanta más? Entonces escuche lo que Jesús le dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). ¿Su fe es débil? Aunque sea ínfima, le pondrá en contacto con el corazón de Dios, quien lo está buscando.
Oseas 5-6 - 2 Corintios 12 - Salmo 107:1-9 - Proverbios 24:1-2
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