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¿Podemos ver a Dios?
Yuri Gagarin, el astronauta ruso que participó en el primer vuelo espacial, en 1961, declaró irónicamente, en una conferencia de prensa, que no había encontrado a Dios. Diciendo esto confirmó esta afirmación de la Biblia: “A Dios nadie le vio jamás”. Bueno sería que hubiese confirmado también la segunda parte del versículo: “El unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”. No podremos ver mejor a Dios yendo al espacio que quedándonos en la tierra. Pero, estemos donde estemos, podemos conocerlo creyendo lo que nos dice la Biblia.
Lo característico de las cosas de este mundo, incluso de los ídolos antiguos o modernos, es que son visibles o pueden ser representados. Sin embargo, la Biblia nos enseña que Dios, el Creador, es el único que “tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver” (1 Timoteo 6:16). Su grandeza está totalmente fuera del alcance de la percepción humana.
Este Dios invisible se reveló al hombre en la persona de Cristo. Jesucristo es “la imagen del Dios invisible” (Colosenses 1:15). Leyendo la Biblia, en particular los evangelios, vemos algo de Dios el Padre en la persona de Jesucristo. Nos conmueve esa bondad sin límites, esa absoluta pureza. Discernimos, con respeto y felicidad, los caracteres morales de Dios.
¿Quiere ver a Dios? ¡Mire a Jesucristo!
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