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Un nuevo año
¡Ya estamos en el 2016! Podemos contemplar este nuevo año llenos de una renovada esperanza porque sabemos que Dios cuidará de los que esperan en él.
¿Quién, aparte de Jesús, podría traernos la luz y el amor para iluminar nuestros pasos? Cada día comprobamos que él se ocupa de nosotros de una forma un tanto misteriosa, pero muy tangible. Echemos también una mirada hacia el pasado y con gozo reconozcamos la paz, la esperanza y el apoyo que ha brindado a todos los que lo han dejado entrar en su vida.
¿Cuáles pueden ser nuestros deseos? Si usted no conoce a Jesús, el Hijo de Dios, deseamos que lo halle creyendo en él.
Si él ya forma parte de su vida, nuestro deseo es que usted progrese en la fe que nos arraiga a él y que alimenta nuestra esperanza.
Aunque en muchos aspectos el futuro a veces parezca sombrío, y el optimismo no halle eco, la Biblia tiene aún hoy un mensaje de esperanza. Ella nos revela que un día Dios tomó parte en nuestra humanidad. Por lo tanto él conoce nuestras necesidades. Lo más urgente es conocer a su Hijo, a quien envió a la tierra para que todo el que lo reciba tenga la vida eterna. Jesús mismo es nuestra esperanza (1 Timoteo 1:1); él vendrá a buscar a los suyos. ¡El 2016 podría ser el año de su regreso!
¡Fijemos nuestra mirada en el Salvador del mundo!
Rut 1 - Mateo 1 - Salmo 1 - Proverbios 1:1-6
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