|
¡No erréis! (1)
En sus epístolas el apóstol Pablo emplea varias veces la expresión “No erréis”, con el sentido de “no os engañéis”. Estas advertencias van dirigidas a los creyentes. La primera se halla en el versículo de hoy. No es mezclándonos y asociándonos a personas incrédulas como las llevaremos a la fe. Al contrario, más bien somos nosotros los que seremos arrastrados a deshonrar al Señor.
El apóstol Pedro vivió esta amarga experiencia. Estaba seguro de que nunca negaría a su maestro, que sería capaz de ir con él hasta la muerte. Pero de repente se halló en compañía de personas que aparentemente eran indiferentes a Jesús, las cuales mediante sus preguntas lo llevaron a negarle. Así Pedro negó a su maestro tres veces consecutivas, y cada vez con mayor insistencia (Marcos 14:29-31, 66-72).
No pensemos que somos más fuertes que el apóstol. Reconozcamos la sabiduría de nuestro Dios; él nos explica que si algo limpio entra en contacto con algo sucio, lo limpio se mancha, y lo que está sucio no se limpia (Hageo 2:10-13).
Amigos cristianos, ¡cuidado con nuestras compañías! Dios puede enviarnos a lugares difíciles para hablar de él. Si lo hace debemos obedecer sin temor, pues nos acompañará. Pero en cuanto a nuestras decisiones diarias, recordemos el primer versículo del Salmo 1: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley del Señor está su delicia, y en su ley medita de día y de noche”.
(Mañana continuará).
2 Crónicas 26 - 1 Corintios 15:29-58 - Salmo 104:27-35 - Proverbios 23:1-3
Comenta y Comparte en Facebook: